La protección auditiva forma parte de la vida cotidiana en los entornos de trabajo de la industria. Las orejeras son especialmente adecuadas para un uso frecuente. Los tapones de protección auditiva se utilizan para un uso continuo y los protectores auditivos con clip o banda aumentan la comodidad de uso.
Desde el momento en que un empleado está expuesto permanentemente a un ruido que supera el límite de exposición de 80 dB (presión sonora máxima de 135 dB), el empresario debe proporcionarle protección auditiva. Si el ruido en el lugar de trabajo supera los valores superiores de activación de 85 dB, el uso de protección auditiva es obligatorio. Las herramientas y máquinas utilizadas habitualmente en la producción, como los sopletes de soldadura o los tornos, ya desarrollan estos niveles de ruido. ¿Qué debe hacer la protección auditiva personal? Lo primero y más importante es eliminar o reducir al mínimo cualquier riesgo para el oído.
Ya estamos expuestos a una gran cantidad de contaminación acústica en la vida cotidiana. En el lugar de trabajo, incluso fuentes aparentemente pequeñas pueden causar un estrés notable. Los niveles de ruido de hasta 85 dB se consideran peligrosos. Para todos los ruidos superiores a 120 dB, el umbral del dolor ya se ha alcanzado.
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Las orejeras y los tapones para los oídos se han convertido en algo habitual en el trabajo diario. Si hay que ponerse y quitarse la protección auditiva con frecuencia, las orejeras son lo más adecuado. Los tapones para los oídos ofrecen un alto nivel de confort con la máxima atenuación y son la opción preferida para el ruido continuo. Sin embargo, hay empleados que no pueden usar tapones por incompatibilidad de materiales o por tener los canales auditivos demasiado estrechos. En este caso, también deben utilizarse orejeras.
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