Los aspiradores de seguridad recogen el polvo fino y cumplen con los requisitos de salud y seguridad. Las unidades cuentan con todo el equipamiento necesario para un uso profesional.
AGW es la abreviatura de valor límite en el lugar de trabajo, que sustituyó a la concentración máxima en el lugar de trabajo (valor MAK) el 01.01.2005. El AGW define la concentración más alta posible y permisible de una sustancia en el lugar de trabajo sin causar daños a la salud de los empleados.
Supone ocho horas diarias de trabajo cinco días a la semana. Los límites de exposición profesional se calculan mediante fórmulas y se comprueban mediante muestreo en condiciones reales. El valor límite de polvo para las sustancias insolubles a las que se aplica el valor límite de exposición profesional. Aquí se distingue entre los polvos A y E.
Para polvos de las clases de explosión St1, St2 y St3 en zona 22 (protección contra explosiones según Atex 94/9/EG)
Nuestras aspiradoras cumple con la normativa europea de seguridad y con las condiciones impuestas por las agrupaciones profesionales y el legislador
Regulación de velocidad continua
Equipado con tubo de aspiración
Desde el 1 de enero de 2005, las sustancias secas, peligrosas y no inflamables se clasifican en clases de polvo según la norma DIN EN 60335-2-69. La clasificación se basa en el límite de exposición profesional y define la permeabilidad máxima por clase. El amianto, por ejemplo, pertenece a la clase de polvo H y tiene una permeabilidad máxima de <0,005 %. La elección del aspirador industrial depende de su idoneidad para la clase de polvo correspondiente. Para las zonas ATEX, se utilizan aspiradores de seguridad ATEX con la clase de polvo correspondiente.
Para que el polvo se convierta en explosivo, deben cumplirse varios criterios. En primer lugar, el polvo y el aire deben mezclarse en una determinada proporción. Los límites de explosión determinan la concentración (límite inferior de explosión) por encima de la cual la mezcla es explosiva. A diferencia de los gases y vapores, no se puede determinar un límite superior de explosión para el polvo.
Para evitar una explosión de polvo, también hay que asegurarse de que no haya ninguna fuente de ignición efectiva. En muchos lugares de trabajo, el mayor peligro proviene de las chispas, las cargas electrostáticas, las superficies calientes y las llamas. Para provocar la ignición, una fuente de ignición debe emitir suficiente energía para que la combustión se propague por sí misma.
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